lunes, 30 de septiembre de 2013

Matemáticas y Naturaleza


Quizás todos pensemos que las matemáticas son una ciencia abstracta, demasiada complicada y compleja que se remite a algo tan simple como una combinación de números los cuales nos lleva a esa sucesión de teoremas, formulas…


De todas las ciencias naturales (Biología, Física, etc.), quizás las Matemáticas sean, aparentemente, las que guardan una relación menos estrecha con el mundo natural. Al fin y al cabo, no dejan de ser un invento puramente humano, un mero juego de símbolos y reglas absolutamente abstractas. No obstante, resulta asombrosa su capacidad de explicar, o mejor dicho, de describir determinados fenómenos naturales de gran belleza.



Por ejemplo, sabemos que las hojas de las plantas se distribuyen alrededor de los tallos formando espirales para que ninguna hoja haga sombra a las que tiene debajo, y lo mismo ocurre con la disposición de las semillas en los girasoles o las margaritas, o de los piñones en las piñas.



En otras ocasiones, la relación entre las matemáticas y la naturaleza se debe a cuestiones relacionadas con el ahorro de energía. El ejemplo más claro es el de las gotas de agua, que en estado de reposo adquieren la forma de una esfera perfecta para reducir al máximo la superficie expuesta al aire y al sol y de este modo evitar, en la medida de lo posible, la evaporación.



Sin embargo, los ejemplos más espectaculares de patrones matemáticos en la naturaleza los encontramos en las estructuras fracturada, que se repiten a sí mismas a diferentes escalas.